martes, 28 de octubre de 2014

Carta a lágrimas.

Recordar a las personas que se han ido de buena forma es un poco difícil, admito que no tengo la mejor estima entre las personas que se han ido en mi vida. Sin embargo, de ti, es imposible no ver todas las cosas buenas. ¿Te acuerdas de esos salpullidos de felicidad que teníamos en los viajes en tu coche? Eran fuera de serie.

Jamás se me va a olvidar el día que nos vimos por última vez después de estar en disgusto el uno con el otro por meses, recuerdo ese momento que después de semanas de ni siquiera hablarnos, más que un abrazo, ameritó un apretón de manos, de esos que se encuentran las manos y dicen, felicidades, estoy bien orgulloso de ti y te quiero mucho. Obviamente, no se pudo evitar el abrazo, momentos padre-hijo, pues.

Últimamente he estado pensando mucho en ti, creo que últimamente significa desde entonces hasta hoy que ya se han vuelto 3 años y 7 meses, duros, de extrañarte y a veces de aún llorar y patalear por ti, pero es que es imposible no hacer eso cuando pierdes a la persona que más quieres, tú sabrás de eso, creo. Aún conservo esa promesilla que hice cuando te fuiste, estoy cuidando a tu mamá, ella está bastante bien estos días, soy la única persona a la que le ha demostrado una depresión sincera y profunda, ¿Qué puedo decir? Me tiene más confianza a mí que a nadie. Lo triste es que yo tambíen a ella pero si le suelto toda la sopa, ya sabes como es, se pone a llorar hasta más que yo, ja!

Quiero pensar que esto es como una carta, el otro día estuvo Giorgio por acá y platicamos mucho de ti, tantísimas historias que no me sabía, cuando puedas escribirme por favor apúntame la receta de esa salsa verde que hacías, la extraño mucho y a pesar de que tengo mucho tiempo tratando de hacerla no puedo llegar a ese punto en el que puedo decir ¡Ya! ¡Al fin la pude recrear! Quiero que vengas pronto para darte a probar la salsa bolognesa que hago, me queda hasta mejor de lo que a ti jaja, la verdad lloré el día que probé mi propia bolognesa, me sentí orgulloso de mí y de pensar que hubieras estado orgulloso de mí, no pude evitar romperme en llanto, no estoy seguro si fue de tristeza, creo que más bien fue de felicidad, también estoy segurísimo de que ni en Italia has probado una mejor, ¿Allá en dónde estás hay Italia? Entre risillas te escribo eso, porque yo sé que no hay Italia, pero quería darte envidia de que acá en la casa hay Italia cada que prendo la estufa, también un poco de Chile.

Lo que me recuerda, el día de ayer Alan me invitó a Santiago el siguiente año para asistir a la reunión de ex alumnos del INBA en tu lugar, fue una invitación linda, ir a representar a mi papá, ¿Te imaginas? Y en Chile! Hoy me siento bien digno de ser tu hijo, de hecho, creo que me anoté un diez jajaja, ojalá te pueda ver pronto porque esto de comunicarme con cartas a correspondencia no se me da mucho, ni siquiera sé si te llegan, avísame si te llegan por favor, no me dejes acá en el silencio.

Antier estaba viendo una película, se llama About Time, seguro te gustaría, tiene tiempo que es una de mis favoritas, hay una escena en la que el protagonista tiene que despedirse de su papá, me quedé intrigado en saber cuál sería tu último deseo de pasar conmigo o mis hermanos, por más que lo pensé no pude llegar a una conclusión, aunque conociéndote, lo más probable es que fuera un viaje, y obviamente en coche, eso de los aviones es ridículamente aburrido, el viaje está se encuentra en el trayecto y con esas formas tan nuevas del mundo como que se pierde la esencia. En fin ¿Cuál hubiera sido tu última actividad con nosotros? ¿Conmigo? A mí me gustaría enseñarte las canciones que he hecho en estos últimos 2 meses, no tienes idea de lo buenas que son y sé que te gustarán cuando las escuches, me siento más orgulloso que aquella favorita de ti.

Oye, es inevitable llegar a esto, creo que para eso soy hijo, pero ¿Podrías mandarme una lana? Ocupo pagar un montón de cosas (ja), en realidad quiero dinero para hacerme un estudio propio y poner algún negocio por ahí, quiero seguir el camino que tú no seguiste, el de la comida como negocio. De hecho el otro día me dieron una idea súper genial que quisiera desarrollar pero te la platicaré después porque me van a cobrar mucho por mandar una carta tan larga, ayer me gasté todo en el dermatólogo y tengo que guardar espacio para la despedida.

Te quiero mucho, de hecho te amo pa, ojalá que te esté yendo muy bien y por favor, mándame tus mejores deseos porque es difícil no irse abajo en los momentos cuando no tengo tu apoyo, siempre fuiste la persona que más creyó en mí, gracias a ti conocí el medio de la música, de las celebridades, de hecho, creo que creías en mí más de lo que yo, pero no te preocupes, ya estoy mejor y estoy subiendo a un paso ridículamente rápido en este par de semanas pasadas. Ah, una última cosa, ¿Te acuerdas de Miguel? El otro día platicábamos del plato enorme de comida que nos diste, me causó una sonrisa de lágrimas, esos recuerdos tan bonitos en los que es imposible que no se te ponga a temblar la cara mientras las lágrimas escurren. Por favor, no te olvides de mí, yo nunca lo haré y siempre te voy a tener ahí, al fondo de mi mente, atrapado en un abrazo.

Los mejores deseos,
Tu hijo Román.

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