sábado, 1 de agosto de 2015

¿Y Entonces?

 
Tengo una resaca y no he preparado las palabras que caerán en tus tímpanos censurados.
Esto no es una revelación pero la mera lujuría de un recipiente vacío buscando musa.
Descubrí la sombra de mi integridad vagando en la orilla de la moralidad.
La tentación de galanear en este terreno ominoso no va con mi vanguardia tampoco.
Debajo de mi piel se arrastra una envidia como los túneles subterráneos de las hormigas moviéndose con el propósito de pasar por tus pies inadvertida.
Esta denominante maldición que me molesta mientras secretamente lo disfruto.
No pienses que soy un masoquista, más bien como mortal con una curiosidad controlada.
No voy a responder a ninguna pregunta pero de igual forma quiero evitar verme hipócrita y estridente.
No me avergüenzo, ni voy a aceptar un juicio por mis deseos personales.
Eres la antitesis de mi carácter y explorar tus hazañas más oscuras es mi talón de aquiles.
Así que, ¿qué hacer con tales deseos... deberé imitar tu forma y quedarme perdido en un mundo de descuido secular...
O mejor me quedo siendo un alma torturada entre los vivos?
No hay retorta.
Mi remedio se materializará del humo de mi corazón quemándose.
A dicho remedio le faltará visión porque los restos existentes después de bañarme en mis demonios serán irreconocibles, pero sin duda alguna todo es consecuencial.
Vivir y quemarse.
Cicatrizarse y morir,
Con remordimiento.

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